
¿Estamos quebrados amor?
No dejo de cuestionarlo. Me siento en el piso de la ducha, el chorro de agua cayendo por mi espalda me golpea para asegurarse que siga consiente.
Lloro, lloro con el temor de una niña que acabara de perderse en un parque de diversiones, con la decepción de un moribundo a quien le acaban de dar fecha, con el anhelo de quien sueña con lo imposible. Yo lloro, ¿y tú?, ¿sigues llorando después de colgar? O tu sufrimiento finaliza tal vez en el instante que dejas de oír mi voz quebrada.
A veces das la impresión de ser tan calculador, parecieras medir el nivel de sufrimiento que debes mostrar según el mío, como si buscaras a conciencia que fuese directamente proporcional.
Pero nosotros, ¿estamos quebrados amor? Tal vez un poco doblados, retorcidos como si cada error fuese un latigazo que nos obliga a caminar encorvados, uno, otro, otro, hasta que terminemos arrastrados en el suelo.
Y sigo llorando, y el agua chocando en mi espalda sigue ahí, golpeando en mi costado el tatuaje, ese que me hice jurando que al verlo no volvería a sentarme en la ducha a llorar, y aquí estoy. La muestra perfecta de que ni esa tinta en la piel, ni esta en el papel, resuelven nada, por eso siempre me parecen tan estúpidos los significados de los tatuajes. Tal vez en el fondo, nada significa algo en especial.
Por instantes ya no estoy en la ducha, por instantes estoy en un asiento detrás de un centro comercial, tomada de la mano, asegurando que quiero todo esto que va a venir. Tú me lo preguntaste, yo respondí. En ese momento, ¿te hubiese dolido que respondiera distinto?, ¿me hubiese dolido a mí más que ahora?. Por instantes ya no estoy ahí, estoy en una terraza, en una casa oscura y con muchas plantas, sintiendo unos labios que parecen haber sido hechos para mí. La primera vez que te sentí no quise dejar de hacerlo nunca. Ahora esa imagen es difusa, confusa, sigues ahí, pero ya no me veo yo. ¿Quién hubiese sido en mi lugar?, ¿hubiese habido alguien en mi lugar?
¿Estamos quebrados amor?, ¿sentiste lo mismo cuando ella se acercó a ti?, ¿sentiste algo parecido cuando olvidaste que yo existía?
Sé que lo olvidaste. Jamás me habías mentido, jamás hasta que te tuve lejos, y me cuestiono por qué. Me pregunto si es porque olvidaste mi cara, tal vez olvidaste mis ojos. ¿Olvidaste acaso cómo te veía al llegar donde yo estaba? Tal vez lo que olvidaste fueron mis besos.
Y fuiste olvidando una cosa tras otra. Con cada latigazo, yo he ido reforzando la sensación, reforzando el recuerdo, lo mantengo muy dentro, diciéndome que vale la pena aguantar, pero cuando imagino tus besos, pienso en la mentira, ¿la besaste a ella así?, cuando imagino nuestros planes pienso en la mentira, ¿seguirás ocultándote así?, cuando pienso en nuestra cercanía pienso en las mentiras, ¿habrá algo más que no noté de ti?
¿Estamos quebrados amor?, ¿los dos? O tal vez solo me rompí en pedazos yo.
Kommentarer